AMISTAD SIN LÍMITES




La Amistad, es un valor de los muchos que nos cuesta trabajo encontrar y atesorar. Una verdadera  amistad puede tener distintos enfoques según los principios y cultura de cada persona. Sin embargo, dentro de un marco plural, la amistad va de la mano con la solidaridad,  comprensiòn,  tolerancia , dedicación y sobre todo la aceptación y el respeto hacia las personas involucradas. Estos, son sin duda algunos otros valores que conllevan a una amistad. En este mundo tan lleno de libertades, es conveniente hacer uso de nuestras propias garantìas para la creaciòn de un ambiente social sano que conlleve a sentirnos con esa paz y tranquilidad que una amistad nos puede brindar. Pero ¿que hay cuando dentro de ese vínculo amistoso y cordial, suelen nacer sentimientos más profundos que es difícil guardar y contener sin expresarlos en su totalidad?. Nos ponemos a pensar si esos sentimientos son parte de la amistad y del afecto que sentimos hacia la otra persona o eso que sentimos va más allá del protocolo social de lo que significa una relación amistosa. Cada persona como individuo tiene derecho a la diversidad social y a escoger la forma de llevar una relación de amistad con otra persona. No importa el género o el estátus social del individuo. Considero que en una amistad, no hay límites para llevarla a cabo, cada persona tiene derecho a vivir su sexualidad y a expresar sus sentimientos como mejor le sea placentero y disfrute de ese vínculo amistoso. El no hacerlo y no dejar salir que salgan esos sentimientos, suele llevar a la frustración personal, no hay nececidad de sentirse así, cuando la vida es solo una y no la tenemos comprada. 

Así como la historia de Ana y Teresa, de dos amigas en las que se conjugaron distintos sentimientos y que existió ese química que las llevó a sentir una intensa conexión emocional, con sus altibajos para llevar a cabo su amistad incondicional y sin límites. Existen muchas historias en todo el mundo semejantes a la de ellas. Darle salida a cualquier tipo de sentimiento es válido y aceptable, no tiene que ser lo contrario, siempre y cuando no se afecte a terceros y las cosas se hagan con un conocimento de causa y con madurez.

La vida se nos dió para saberla vivir y disfrutar al máximo, venimos a este mundo a ser felices, mas no a ser infelices. Disfrutar de los momentos felices que nos regala la vida es parte del privilegio que tenemos de sentirnos vivos y nunca hacer las cosas con sentimiento de culpabilidad, sería un acto cobarde de nuestra parte el no permitirnos el lujo de saber vivir, porque la vida es bella.

Finalmente, cada persona es un con sus defectos y virtudes y con todos los derechos y garantías individuales como ser humano, para respetar y ser respetados por su entorno social.

A manera de reflexión; no permitir a nadie que te robe tu felicidad y tu forma de vivir. Este, es un acto que da seguridad personal y es un acto también de firmeza en tu forma de conducción ante la vida. Nadie nos dijo que la vida era fácil, solo nos dijeron que valía la pena vivirla.

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